¿
Qué diablos hacen aquí todos esos hijos de generales, de comandantes y de altos oficiales castristas? Y no voy a llamarles hijos de putas porque las putas -como la anticastrista puta Armienne- son un millón de veces mejores que sus progenitores que han sido, durante 55 años, unos asesinos, torturadores, ladrones y sádicos.
Qué diablos hacen aquí todos esos hijos de generales, de comandantes y de altos oficiales castristas? Y no voy a llamarles hijos de putas porque las putas -como la anticastrista puta Armienne- son un millón de veces mejores que sus progenitores que han sido, durante 55 años, unos asesinos, torturadores, ladrones y sádicos.
Y no llegan, como usted y yo llegamos,
con una mano delante y otra atrás a tratar de ganarnos la vida honradamente.
No, de eso nada ¿Ustedes no vieron las fotos del hijo de Abelardo Colomé Ibarra
con tremendo carro? Y juéguese usted todo al canelo a que el dinero para
comprar ese auto y todos los bienes materiales que rodean a este descarado
provienen de las manos manchadas de sangre del siniestro “Furry”…
Para mí que la tiranía los están
manteniendo cómodamente, llegan aquí estando de acuerdo con sus padres, y no
vienen a unirse a nosotros -de eso estoy seguro- sino por el contrario a tratar
de sacarnos a patadas del Estado. Lo que me molesta es que tal parece que le
han perdido completamente el respeto al verdadero destierro cubano porque no
hay nadie que los obligue a meter sus cabezas en cubos llenos de mondongo.
Hay quienes consideran que esto
representa un fracaso de la tiranía, yo más bien pienso que se trata de un plan
muy bien orquestado para darnos en determinado momento el jaque mate. Los
hombres nuevos, los chusmas, los asere que volá, los músicos, los artistas, los
peloteros y como colofón llegan estos engendros del mal.
En distintas zonas de Naples, Marco
Island, Orlando y Tampa hay más parientes de los H.P. de la nomenclatura del
régimen que en el Vedado y Marianao. Sinceramente lo menos que puede hacer
algún guapo cubano, y en Miami sobran, es preguntarle al que se encuentre:
“Chico ¿y que diablos tu haces aquí?” Lo cierto es que ya la cosa pasa de
castaño a oscuro.
Porque si nadie los para en seco se van
a ir envalentonando y me parece que en cualquier momento estará la mismísima
Dalia Soto del Valle haciendo compras en Bayside y su hijo Tony Castro tomando
café en algún kiosco del S.W. Y ya ni
sorprende que un hijo de Ramiro Valdés
esté trabajando en Radio Martí.
A todo aquel que esté ignorante de esta
situación yo le recomiendo que vaya al Blog “Cuba al Descubierto” para que vean
todas las fotos del montón de descarados
que están haciendo olas en U.S.A.
Y estamos hablando de gentuza que no se
estaba comiendo un cable en Cuba sino que vivían mejor que Carmelina y tenían
acceso a todas las comodidades en la Isla gracias a las barbaridades cometidas
por sus antecesores. Es decir que no llegan aquí a forrajear. Entonces, repito
¿Qué hacen aquí?…
Algunos han tenido el descaro de
retratarse al frente del Versailles, pero no vienen en busca de comida rica
porque ellos allá entraban como Pedro por su casa en los mejores ”paladares” de
la isla.
No llegan perseguidos ni huyéndole a
nada porque los perseguidores son sus propios padres, abuelos y parientes
cercanos. No es como que “Monchy” el hijo de Ramón Castro Ruz está aquí porque
le teme a sus tíos. Y a lo mejor la muchacha que vivía como una reina en La
Habana ahora está en la mesa al lado
suyo comiéndose un sándwich en el Latin American y se trata de Camila la hija
de “Barbarroja” Piñeiro…
Detesto hacer conjeturas y suposiciones.
La perfecta sería que alguno de ellos -que tenga un ápice de vergüenza lo cual
dudo mucho- aclare sinceramente esta situación y qué carijos vienen a hacer
aquí. Hasta ahora el que suelta prendas y brinda informaciones es Juan Juan el
hijo de Juan Almeida. Alina Fernández siempre ha atacado al régimen de su
padre. Los demás no han dicho ni esta
boca es mía. Lo cierto es que vivían muy bien allá y siguen viviendo muy bien
aquí. Simplemente me da la gana de suponer que el objetivo es perverso y las
intenciones de ellos son nefastas para nosotros. Y me baso en asegurar que sus
propósitos no son buenos porque sus genes son putrefactos.
Y, desde luego, peores que ellos son las
agencias gubernamentales de este país que los admiten y permiten.
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